Se hace camino al andar

En estos días de Navidad, cuando a la gran mayoría de esta sociedad de consumo en la qe estamos inmersos, sólo les preocupa los regalos y los ágapes, (sin darle a este último acto la significacion que tenía entre los primeros cristianos, pues era una comida fraternal para estrechar los lazos que les unian) no puedo dejar de pensar en otras alternativas para que el transcurso de estos días que deberían ser de paz y meditación, se vivan intensamente de acuerdo con lo que significan en realidad.

Según mi criterio, una opcion sería hacer EL CAMINO. Nadie sabe lo que es hasta que lo recorre, aunque sea como yo lo hice, en sus últimos 100 km. Experiencia inolvidable donde las haya.

Adjunto un pequeño extracto de mis pensamientos justo cuando acababa de regresar de Santiago a casa, despues de 10 días de peregrinaje.

"Añoro el Camino hecho, las personas ya amigas, que ya tengo y disfruto, añoro los caminos por andar los amigos por disfrutar, seguro importantes por su pequeña o gran historia a sus espaldas, por su espíritu de sacrificio, por los pequeños vía crucis particulares, por las lágrimas derramadas en silencio, por su entrega y ayuda al prójimo, por compartir todo, hasta lo más íntimo de su ser.

La mochila de un peregrino además de ropa, calcetines saco y demás enseres prácticos también se llena de sentimientos y recuerdos. Va cargada de fe y esperanzas, que se depositan al llegar a la “meta” señalada, esperando que tu esfuerzo merezca la deseada recompensa por la cual has sufrido y superado diferentes adversidades.

Pero la meta realmente no esta en Santiago de Compostela, sino en nosotros mismos. Un Camino interminable y cambiante del que siempre aprendemos, solo hay que andarlo con el corazón abierto a los sentimientos del peregrino en el Camino.

Adjunto una frase que lei en algún lugar del camino:

Septiembre 18/09/2004