14 febrero 2018

Las sábanas bordadas

La tarde fuera del centro hospitalario pinta  gris, casi tanto como los pasillos llenos de carritos enfermeros y auxiliares que con mas o menos entusiasmo cuidan de esas personas mayores que muy  su pesar están hospedadas en este lugar donde para algunos será su última morada. Para otros  es el  tránsito a la espera de una residencia definitiva donde quemar los últimos cartuchos de su vida.

En este último capítulo me ha hecho pensar una de las personas aquí ingredada. Una mujer de 77 años amputada de una pierna y que apenas recibe visitas. Habla y habla, a veces de manera  ininteligible... una de las frases que entendí perfectamente fue acerca de las sábanas bordadas de su casamiento.  Oi algo parecido a esto con un hilo de voz:
"No quiero nada de lo que tengo.  Aunque perderé la casa, todo lo demás se lo pueden quedar mis hijos. Yo iré a una residencia y lo único que quizás me llevaría serian las sábanas que bordé antes de casarme. Tardé un mes en aprender a bordar.  Me enseñó mi abuela. Ellos no las cuidarán igual que yo.  Las llevarán a la lavanderia....No se si me las podré llevar a la residencia, quizás no vayan bien en esas camas..."

Triste, muy triste que lo único que te quieras llevar en la mochila después de una larga vida sean unas sábanas bordadas... eso si con mucha historia y muchos sentimientos  arraigados en ellas.

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